¡Vete, Eres Enviado!
No se puede negar que este último año ha sido muy difícil para la mayoría de nosotros. El miedo, preocupación y división siguen formando parte de la vida cotidiana en pandemia, también está presente el malestar social en muchas comunidades de nuestra nación. Sin embargo, la primavera es, tradicionalmente, un momento para celebrar las bendiciones que vienen con las graduaciones y ordenaciones. En nuestra Diócesis de Spokane, tenemos las gracias adicionales que nos llegan durante este Año de la Eucaristía, una celebración que concluirá con la fiesta del Corpus Christi. Después de discutirlo con el consejo de sacerdotes y los obispos del noroeste, restableceré la obligación semanal de que los católicos que estén en buenas condiciones físicas regresen a la participación semanal en el santo sacrificio de la Misa.
Con la restauración de esta obligación, los invito, pueblo santo de Dios, a participar en la Misa con un compromiso renovado con la fe. Busquen al Señor con un corazón sincero y traigan la paz del Señor resucitado a sus corazones, hogares y comunidades locales. Es esta paz la que ayudará en este año 2021 a cicatrizar las heridas de este mundo lastimado.
Para los graduados de la clase de 2021, especialmente en las escuelas católicas de nuestra diócesis, este año pueden experimentar las graduaciones presenciales. Sin duda escucharán discursos sobre dejar a su alma mater para “prender fuego al mundo y hacer la diferencia”. Estos deseos son ciertos, no solo para los graduados, sino también para los recién ordenados. A través del sacramento del orden sagrado se envían diáconos y sacerdotes a las parroquias de nuestra diócesis, para que compartan las buenas nuevas de Jesucristo, en un momento en que nuestro mundo busca desesperadamente esperanza, alegría y paz.
Justo antes del Miércoles de Ceniza en la iglesia St. Patrick, en Pasco, ordené a José Ulises Aguilera, Arturo Biebrich, y Julio César Rendon Arce al diaconado permanente para el servicio en nuestra diócesis. A finales de mayo, Andrew O’Leary, un seminarista del seminario de St. Patrick, fue ordenado diácono de transición y, si Dios quiere, será ordenado sacerdote en mayo de 2022. Estos hombres tienen la misión de guiar a los fieles a crecer en santidad, especialmente a través de actos de caridad.
Los graduados y, especialmente, los recién ordenados son enviados a proclamar el Evangelio. Pero, al final de cada Misa, todos los fieles también tienen la misión de evangelizar a nuestras familias y comunidades. Mediante la palabra y los sacramentos estamos unidos a Dios y los unos a los otros, en un vínculo de amor que no se puede romper. Debemos recordar que el mismo nombre de nuestra liturgia Eucarística proviene de las palabras latinas finales, Ite Missa Est, “¡Vete, eres enviado!”
Al momento de regresar a Misa cada semana, mientras celebramos las graduaciones, ordenaciones y nuestro Año de la Eucaristía- este último de manera especial-, también podemos reflexionar sobre nuestro llamado bautismal y envío. ¡Seamos auténticos discípulos, testigos y evangelistas en todo lo que decimos y, principalmente, hacemos!
Dios los bendiga,
Obispo Thomas Daly