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 | Por Douglas Culp

¿Quién era Caifás?

Teología 101 continúa su búsqueda para descubrir el detrás de escena de algunas figuras prominentes, grupos y eventos a los que hace referencia el Nuevo Testamento. El objetivo es proporcionar un mayor contexto para el suceso de la salvación que la Escritura nos comunica.

Entonces los jefes de los sacerdotes y los fariseos convocaron el Consejo y preguntaban: '¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos milagros. Si lo dejamos que siga así, todos van a creer en él, y luego intervendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación. Entonces habló uno de ellos, Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, y dijo: ‘Ustedes no entienden nada. No se dan cuenta de que es mejor que muera un solo hombre por el pueblo y no que perezca toda la nación’. (Jn 11, 47-50)

El Evangelio de Juan nos dice que esta fatídica reunión del Sanedrín fue motivada por la resurrección de Lázaro de entre los muertos por Jesús. Con tales señales, los saduceos y fariseos vieron crecer su popularidad entre las masas. Temían que, si no se controlaba, las multitudes podrían elevarlo al estado de Mesías y Rey. Por supuesto, tal acción, razonaron, podría muy bien contrariar a los romanos, quienes seguramente buscarían aplastar cualquier intento de perturbar la estructura de gobierno establecida en Judea y Jerusalén. Esto naturalmente significaría el fin de su propio poder y estatus. Como era de esperar, las palabras de Caifás retumbaron fuertemente en el Sanedrín, ya que el Evangelio indica que comenzaron a conspirar activamente para quitarle la vida a Jesús. Entonces, ¿quién era este hombre, Caifás, que ejercía tanta influencia sobre Jerusalén?

El negocio familiar

En realidad, no sabemos casi nada sobre Caifás antes de su ascenso al cargo de sumo sacerdote en Jerusalén. Se puede suponer que provenía de una familia adinerada, ya que terminó casándose con la hija de Anás, el sumo sacerdote del 6 al 15 d.C. Caifás pronto siguió los pasos de su suegro. Según el historiador judío Flavio Josefo, el gobernador romano Valerio Grato nombró a Caifás sumo sacerdote en el año 18 d.C. Continuaría ocupando el cargo hasta el año 37 d.C., cuando el gobernador de Siria, Lucio Vitelio, lo destituyó de su cargo. Su mandato sería el más largo de los 19 sumos sacerdotes que sirvieron en el siglo I d.C. Caifás fue sucedido por su cuñado. Sin embargo, cinco de sus hijos también llegarían a tener el título de sumo sacerdote.

Una figura política

En el momento de las apariciones públicas de Jesús, Galilea estaba gobernada por Antipas, a quien se le concedió la soberanía, siempre y cuando permaneciera leal a Roma y mantuviera con éxito la paz y estabilidad en la región. Judea estaba gobernada por Poncio Pilato, quien había sucedido a Valerio Grato, aproximadamente en el año 26 d.C. Mientras Jerusalén estaba bajo su autoridad, el gobierno diario de la ciudad recaía en el sumo sacerdote y su consejo, es decir, en Caifás y el Sanedrín. Ellos debían mantener el orden y asegurarse de que se pagara el tributo, sirviendo como mediadores entre el gobernador romano y la población local, que soportaba la ocupación romana. Evidentemente, esta no fue una tarea fácil. Por ejemplo, basta con leer los Evangelios para saber cómo veía la gente de Judea a los recaudadores de impuestos.

Una figura religiosa

Como sumo sacerdote, Caifás también tenía un papel religioso. Habría tenido autoridad sobre todas las finanzas y la administración del Templo. Más importante aún, como sumo sacerdote, solo a él se le habría permitido entrar al Lugar Santísimo en el Día de la Expiación, para quemar incienso y ofrecer sangre de animales sacrificados para el perdón de sus propios pecados y los de todo Israel.

La Enciclopedia Católica indica que la ofrenda de sacrificios a Dios fue originalmente la función del padre, o cabeza de familia, en la época de los Patriarcas. Sin embargo, después de que se diera la ley en el monte Sinaí, el sacerdocio se convirtió en una clase especial dentro de la comunidad, cuando Dios eligió a Aarón para “desempeñar de manera permanente y exclusiva todas las funciones religiosas”. Este último, de la tribu de Leví, fue nombrado primer sumo sacerdote.

Jesús, nuestro sumo sacerdote eterno

Curiosamente, el hombre al que Caifás planeó matar se convertiría en el sumo sacerdote que ofrecería a su Padre celestial todos los actos de su voluntad humana y a sí mismo como el sacrificio supremo por los pecados de la humanidad. Como nuestro sumo sacerdote eterno, Jesús adora, alaba y agradece a la Divina Majestad en su propio nombre y en el de su pueblo. Como cabeza de la familia humana, intercede ante el Padre por nosotros. Al ser escuchado por Él, sigue enviándonos bendiciones desde su hogar celestial.


¿Sabía que…?

Al sumo sacerdote no se le permitía acercarse a los muertos, ni siquiera llorarlos, para que no se contaminara. Compare esto con el testimonio de Jesús, el eterno sumo sacerdote, al enterarse de la muerte de Lázaro. Además, el oficio de sumo sacerdote era originalmente hereditario y vitalicio. Sin embargo, el soborno influyó más tarde en los nombramientos y, en última instancia, los sumos sacerdotes -como Caifás- fueron nombrados por funcionarios del gobierno. No ha habido sumo sacerdote judío desde el año 70 d.C., ya que el sacrificio nacional cesó con la destrucción del Segundo Templo.

Una pregunta sobre la Biblia

En el evangelio de Juan, arrestan a Jesús, pero no lo llevan directamente a Caifás. En cambio, se enfrenta a una consulta de esta persona...

A. Nicodemo

B. Poncio Pilato

C. Lázaro

D. Anás

Respuesta: D - Anás, suegro de Caifás y ex sumo sacerdote

Fuentes:

https://www.livius.org/articles/person/caiaphas/ 

https://www.britannica.com/biography/Jesus/Jewish-Palestine-at-the-time-of-Jesus#ref748553 

https://www.britannica.com/topic/high-priest