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 | Por Sheri Wohlfert

¿Compañeros poco amables?

Aprender a responder con amabilidad

“Sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo” (Ef 4,32).

En la década de 1970, Coca-Cola lanzó un anuncio en el que aparecían más de mil personas de todos los continentes reunidas en la cima de una colina italiana cantando la canción “I'd Like to Buy the World A Coke” [Me gustaría comprarles una Coca-Cola al mundo]. El anuncio tuvo un éxito arrollador, y la letra sencilla, así como la melodía pegadiza, transmitían la encantadora idea de que las personas se unían en paz y armonía. Por desgracia, llevarse bien con todo el mundo es más complicado que sentarse a compartir una Coca-Cola bien fría, por lo que este mes nos gustaría ofrecer algunas ideas para ayudar a los niños a afrontar los días en los que no hay armonía ni unidad con sus compañeros.

Las palabras de mamá

Mi madre me recordaba con cariño que a menudo no sería la favorita de todo el mundo y que, a veces, la gente dice cosas crueles. No podemos cambiar a nadie, pero podemos asegurarnos de tratar a los demás con amabilidad, porque no sabemos lo que les espera cuando llegan a casa. Me besaba en la frente y me recordaba que rezara por aquellos que me hacían daño y que recordara que mi Creador me quería y me apreciaba. Mis hijos escucharon esas mismas palabras una y otra vez mientras crecían, porque están impregnadas de verdad y humildad.

Un lugar para contar la historia

Cuando los niños están heridos, necesitan un lugar seguro para contar su historia, así que escúchalos con amor y recuérdales que tú y su Padre celestial los aman. Ayuda a los niños a comprender que es mejor contarte todo y evitar decir cosas de las que se arrepentirán en el calor del momento. La empatía es importante y, por difícil que sea, hablar mal de los demás no ayuda. Este era siempre el momento en el que yo recurría a las palabras de mi madre con mis hijos, y rezábamos tanto por la gracia como la misericordia. Muy a menudo, el simple hecho de contar la historia y sentir tanto el amor como la empatía de un padre es suficiente para calmar las emociones y encontrar la perspectiva. No podemos controlar a los demás, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos.

Obligatorio No recomendado

A veces, la razón más importante para hacer algo es porque Jesús nos lo pidió. Las Escrituras son muy claras acerca de cómo elegir nuestra actitud y nuestras palabras; Jesús no dijo que fuéramos amables sólo con aquellos que son amables con nosotros. El discipulado puede ser complicado; los sentimientos y el orgullo heridos pueden hacer que sea aún más difícil hacer lo correcto. Pero hacer lo correcto no es opcional, sino obligatorio. Nuestros hijos necesitan que les ayudemos a formar su vocabulario, procesar sus emociones, así como practicar el perdón y la humildad.

Grandes ideas

Ayuda a los niños a asegurarse de que las personas de su círculo les están ayudando a llegar al cielo. Reza con tus hijos para pedir la gracia de ver a los demás con los ojos de Cristo. Nuestro objetivo es complacer a Jesús, no a todos los que nos rodean. Comparte algunas historias de las Escrituras sobre cómo Jesús trató a los demás cuando no le trataron bien. Por último, sé consciente de la forma en que hablas de los demás, procurando demostrar lo que Jesús nos pide.

Corazones puros

Dado que la verdadera bondad y compasión hacia todos los hijos de Dios requieren corazones puros, haz de estas palabras una oración que recites con tus hijos:

Para ser puro de corazón, Señor, ayúdame a...

Actuar de acuerdo con mi fe, en lugar de reaccionar ante otra persona.

Rezar para que tenga claridad con respecto a esta relación.

Intentar no ir en contra de la naturaleza de la persona.

Mantener mi corazón e intenciones puros.


Sheri Wohlfert es una esposa, madre, abuela, oradora y escritora católica. Su blog está en www.joyfulwords.org.

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