| Por Sheri Wohlfert

¿Nueva escuela? ¿Nuevo barrio?

Guiar a los niños a través del cambio

El cambio puede ser inquietante para personas de cualquier edad, pero puede ser especialmente delicado para los niños, porque no tienen la experiencia necesaria para afrontarlo como los adultos. Ayudar a nuestros hijos a aprender a manejar el cambio es un regalo que les será útil toda la vida.

He aquí algunas ideas.

 

Una cosa importante

No importa qué cambios nos rodeen, Dios sigue siendo la constante. Su amor, protección y gracia permanecen inmutables, y tenemos que aferrarnos a esa verdad mientras el mundo que nos rodea cambia. Él tiene un plan perfecto, y nos mueve constantemente hacia ese plan.

Habla, habla y habla un poco más

El miedo a lo desconocido suele ser la raíz de los retos que acompañan al cambio. Los niños necesitan procesar sus pensamientos verbal y externamente con alguien en quien confíen. Necesitan hacer preguntas y desahogarse de sus preocupaciones. Cuando comprendemos hacia dónde les llevan sus pensamientos, podemos redirigirlos con perspectiva, verdad y realidad. Una vez tuve un alumno nuevo que estaba aterrorizado porque no había visto la cafetería en la jornada de puertas abiertas y temía tener que esperar a llegar a casa todos los días para comer. Una simple charla lo solucionó todo.

Haz la lista

¿Cuáles son los pros y los contras del cambio? Mientras charlas y elaboras la lista, puedes abrir los ojos del niño a las posibles cosas buenas que conlleva el cambio y darse cuenta juntos de las preocupaciones que pueden ofrecer en oración. Hazle preguntas como: “¿Qué cosas buenas te gustaría que ocurrieran cuando (te mudes o cambies de habitación o vayas a un colegio nuevo)?” o “¿Qué bendiciones, gracias y lecciones crees que Dios podría tener reservadas para ti?”. A medida que se produzca el cambio, revisa la lista y observa cómo los está guiando Dios a todos a través del cambio.

Repasarlo en oración

El cambio puede ser abrumador, pero si lo dividimos en partes y rezamos para superarlo un paso a la vez, la paz es posible. Caminar con los niños en medio del cambio puede darles fuerza. Rezar por las virtudes del valor y la alegría ayuda a cambiar el enfoque de “no es a lo que estoy acostumbrado” a “las cosas nuevas pueden ser buenas”.

Aunque somos criaturas de costumbres que preferimos lo familiar y lo cómodo, Dios nunca va a dejarnos donde estamos. Su plan es acercarnos cada vez más a Él, y eso significa que debemos ser personas de confianza y fe. Dios no abandonó a su pueblo elegido en el desierto, y nunca va a conducirnos a través de un cambio que no esté perfectamente diseñado para fortalecer nuestra santidad.


Sheri Wohlfert es una esposa, madre, abuela, oradora y escritora católica. Lee su blog en www.joyfulwords.org.

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