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 | El Obispo Ron Hicks

La Alegría a Través de la Generosidad

Hay tantos beneficios que vienen de ser generosos. Deseo enfocarme en una, tal vez contraintuitiva, para practicar la generosidad. Es la, "¡Alegría!" La Santa Madre Teresa de Calcuta dijo: "La alegría es un signo de generosidad. Cuando estás lleno de alegría, te mueves más rápido, y quieres hacer el bien a todos."

Yo también estoy convencido de que cuando somos conscientes y agradecidos por la generosidad que Dios y los demás nos han mostrado, nos motiva a ser más generosos y es la fuente de nuestra alegría.

Desde el 2005 al 2010, el ya fallecido Cardenal Francis George, de la Arquidiócesis de Chicago, me concedió generosamente un permiso especial para vivir y trabajar en El Salvador en un hogar que cuida a niños huérfanos y abandonados llamado Nuestros Pequeños Hermanos (NPH.) Le prometí que, después de mis cinco años allí, volvería a Chicago para aceptar la asignación que tenía para mí.

Durante mi primer año en NPH en El Salvador habían más de 500 niños en nuestra casa. Teníamos algunos dormitorios y una escuela, además de un refectorio y un pequeño edificio de oficinas. Sin embargo, no había capilla. Quería un espacio dedicado para alabar y adorar al Señor que fuera simple, pero hermoso. Después de decidir sobre el diseño, invité a mi familia y amigos a que ayudaran a hacer realidad mi sueño.

Durante esa campaña, un grupo de 40 amigos viajó a El Salvador para visitarme y aprender sobre NPH. Como no había espacio para que los 500 niños y mis visitantes pudieran reunirse en el interior, les ofrecí misa al aire libre. Después de la comunión y antes de la bendición final, rápidamente invité a mis visitantes a ser generosos con sus donaciones para ayudar a construir la capilla para que la próxima vez que visitaran celebráramos la misa dentro de una capilla en lugar de bajo el sol salvadoreño.

Después de la misa, todos nos quedamos y compartimos en dialogo y amistad. Durante ese tiempo, David, de siete años, corrió hacia mí con una sonrisa brillante. Me dijo: "Padre, ¡uno de tus visitantes me dio un dólar! ¿Tienes alguna moneda para hacer el cambio?" Revisé mis bolsillos y dije: "Sí, claro." Mientras contaba el cambio para él, curiosamente agregó: "Padre, te daré el dólar, pero quiero que me des sólo setenta y cinco centavos en cambio."

Logró mi atención. “¿Y eso por qué, David?"

En un tono serio y casi imponente, respondió: "Creo que usted pidió dinero a sus visitantes para ayudar a construir nuestra capilla. Estoy emocionado por tener una capilla aquí. Quiero donar también. Así que dame setenta y cinco centavos y luego guardas veinticinco centavos como mi contribución a la capilla."

Contemplé rechazar su ofrenda porque pensaba que veinticinco centavos no harían una diferencia sustancial en nuestros esfuerzos de recaudación de fondos, y que él disfrutaría de los veinticinco centavos más. Sin embargo, rápidamente cambié de opinión y pensé, “esta es una oportunidad para infundirle este espíritu de generosidad. Así que le dije: "David, gracias por ser tan generoso. Acepto tu donación, y cuando nuestra capilla se construya, por el resto de tu vida, sabrás que tu contribuiste a su terminación.”

Se fue con sus setenta y cinco centavos y su sonrisa brillaba aún más que antes. ¡Una vez más, la alegría es un signo de la generosidad!

Gran parte de esta edición de Cristo es Nuestra Esperanza se centra en el apoyo y la generosidad a medida que nos acercamos a nuestra Campaña Anual de los Ministerios Católicos (CMAA). Todos queremos que nuestra Iglesia sea vibrante y sirva a la misión de Cristo. Sus donaciones apoyan directamente a algunos de los ministerios esenciales de nuestra diócesis incluyendo Caridades Católicas, la Oficina de Escuelas Católicas, la educación de los seminaristas, la Oficina de Familias, Oficina de Ministerios Hispanos y Étnicos y la Oficina de Ministerios de Jóvenes.

La pandemia del COVID-19 ha tenido un enorme impacto en la diócesis y en nuestro pueblo. Desde marzo de 2019, las donaciones a nuestras parroquias, a nuestros ministerios y a nuestra diócesis han disminuido, mientras que las necesidades han seguido aumentando. Aun cuando las donaciones en la Misa cayeron bastante, muchas parroquias han ampliado su apoyo a los pobres y las escuelas han extendido ayuda con la matrícula a las familias en problemas económicos.

Espero que muchos de ustedes puedan donar generosamente y, tal vez, incluso aumentar sus donaciones anuales o promesas. Si usted no puede aumentar su donación o contribuir financieramente a la colecta anual de este año, pido su apoyo a través de la generosidad de sus oraciones. También estoy orando por ustedes y por sus intenciones.

De cualquier manera que expresen su generosidad en apoyo no sólo a la CMAA. pero también a su parroquia y a tantos otros ministerios y organizaciones que traen la luz de Cristo al mundo, por favor sepan que estoy verdaderamente agradecido. ¡Gracias!

Concluyo haciéndome eco de las palabras de Jesús que se encuentran en Juan 15:11: "Te he dicho estas cosas para que mi gozo esté en ti, y para que tu gozo sea completo."

Paz y bien,

Bishop Ron Hicks


Palabra Eterna, Hijo de Dios unigénito,

Enséñame la verdadera generosidad.

Enséñame a servirte como te mereces.

Para dar sin contar el costo,

Para luchar sin prestarle cuentas a las heridas,

Trabajar sin buscar descanso,

Sacrificarme sin pensar en ninguna recompensa

Guardar el conocimiento que he hecho tu voluntad.

Amen.