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 | Por Patricia Mish

Este nuevo trabajo no es para lo que firmé

Recientemente conseguí un nuevo trabajo. Me di cuenta de que la descripción de este era un poco vaga, pero pensé que mi función y responsabilidades quedarían claras una vez que comenzara. Esto no ha sucedido. Tengo algunas ideas sobre cómo puedo contribuir. ¿Debería decírselas a mi jefe? Si es así, ¿cómo puedo hacerlo?

Muchos de nosotros hemos estado ahí. Claramente causó una buena impresión: su empleador lo contrató en función de sus habilidades, experiencia y otras cualidades. Hay buenas razones para creer que su jefe no solo estará abierto a sus sugerencias, sino que también estará agradecido por su iniciativa. A continuación, se ofrecen algunos consejos para seguir adelante:

Ore: Lleve sus preocupaciones al Señor. Pida orientación e inspiración para afrontar este desafío. Ya sea despertándose unos minutos antes o dando un paseo para meditar durante el almuerzo, la contemplación puede darle energía y generar nuevas ideas.

Sea positivo: Recuerde por qué dijo “sí” a la oferta de trabajo y hágale saber a su jefe que está emocionado de poder contribuir más a la empresa, así como de abordar nuevos desafíos.

Lluvia de ideas: Esta es la parte divertida. Piense de manera creativa sobre cómo puede acomodar la descripción de su trabajo para que coincida mejor con sus habilidades y las demandas de este. Escriba sus ideas y preséntelas en su reunión.

Ya sea que esté en un puesto de nivel inicial o en la alta gerencia, un comerciante o un empleado de oficina, su trabajo puede y debe tener un propósito. Sí, las tareas mundanas siempre serán parte de la ecuación, pero tenga la seguridad de que la mayoría de los jefes le darán la bienvenida a un empleado que no se conforma y va más allá de la descripción limitada o anticuada del trabajo: los empleadores aprecian a los trabajadores que están dispuestos y son capaces de adaptarse a las necesidades cambiantes y demandas.

Como nos recuerda el Papa Francisco, “Fuimos creados con vocación de trabajar ... El trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, un camino de crecimiento, desarrollo humano y realización personal”. (Laudato Sí, 128)