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 | Por Laurel Hilliker

¿Cuidando a otro?

¿Qué hay en tu caja de herramientas?

"Dondequiera que Dios te haya puesto, esa es tu vocación. No es lo que hacemos, sino cuánto amor ponemos en ello".

-Santa Teresa de Calcuta


Atender y ocuparse de alguien más lleva tiempo. Muchos desafíos vienen con el rol de cuidador, pero también pueden venir recompensas infinitas. Los cuidadores a menudo hacen malabares para cumplir con todas sus responsabilidades, por lo que la autoasistencia se queda atrás. Considere tener momentos de cuidado personal, a lo largo del día. Comience por desarrollar un conjunto de herramientas de autocuidado, con elementos esenciales que cumplan con un enfoque holístico. Ya sea que se trate de un nuevo rol de asistencia de niños enfermos o de cuidados a largo plazo, ocuparnos de nosotros mismos es fundamental. Aquí hay algunas herramientas para ayudarlo:

Oración diaria.

En primer lugar, ora. Habla con Dios diariamente y pide paciencia, gracia, paz y fortaleza. Para aquellos a quienes les gusta escribir, llevar un "diario espiritual" puede ser un método de oración. Medita como si rezaras el Rosario, usando una aplicación de teléfono, preferiblemente mientras caminas. Agrega notas post-it con las Escrituras en su entorno para recordarte que debes orar.

Apoyo especial.

Pide ayuda. Desde que comencé a cuidar a mis padres, aprendí a no tener miedo de pedir ayuda a los demás. Esta puede ser en forma de la visita de un amigo mientras haces mandados o das un paseo por la naturaleza para despejar tus pensamientos. Además, rodéate de compañeros que tengan valores similares e influencia positiva sobre ti.

Conciencia corporal.

Sintoniza con las necesidades holísticas de tu cuerpo. El ejercicio puede ser simple (una caminata de 10 minutos es mejor que nada), una dieta saludable proporciona energía (así que coma pequeñas cantidades, en cortos lapsos de tiempo) y el sueño adecuado es importante. Te sentirás renovado, y esto se reflejará en tu estado de ánimo.

Mentalidad positiva.

Considera este estilo de vida como tu nueva vocación y valórala como si Dios te la confiara. En lugar de "dar" cuidados, ¿por qué no consideras a la persona que los recibe como un compañero del cual se puede aprender? Si pensamos en el cuidado de alguien como una experiencia de aprendizaje, nos involucraremos de manera diferente con la persona necesitada. En lugar de albergar cualquier pensamiento negativo, considere preguntarse: "¿Qué me está enseñando mi compañero sobre el cuidar?" o "¿Qué me está pidiendo Dios?"

Nuestra caja de herramientas de autocuidado puede recordarnos nuestra nueva vocación, una en la que utilizamos un enfoque holístico para mantenernos bien y terminar fuertes. Es mucho más fácil verter todo nuestro amor, si estamos renovados y cuidándonos a nosotros mismos.


Laurel Hilliker tiene un doctorado en sociología con una especialización en investigación sobre estudios de duelo, junto con una certificación en tanatología. Enseña en la Universidad de Michigan-Flint y es propietaria de Bearing Loss: Grief Education and Consulting, LLC.