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 | El Obispo Ricardo E. Pates, administrador apostólico

¿Qué es la conversión?

Tuve el privilegio de haber tenido un tío sacerdote del cual yo fui nombrado: Padre Richard G. Pates, SJ. En la ocasión de su entierro en la Reservación de Pine Ridge en Dakota del Sur, ocurrió un acontecimiento dramático. Su cuerpo fue llevado en procesión al Cementerio Nube Roja, lo cual es pequeño y entre matorrales. Fue colocado en un soporte para bajar el cuerpo a la tumba. En ese momento, una enorme águila de cabeza blanca apareció a unos 50 pies por arriba. Voló con toda intención tres veces alrededor del cuerpo de mi tío. De ahí se levantó hacia el horizonte al poniente y desapareció. Fue asombroso.

Como reflexión, parecía apropiada como nota final en el viaje de la vida de mi tío. En la escuela secundaria, sobresalió académicamente y fue un destacado en el atletismo, ganando múltiples premios de clavadista, y fue el pilar en la línea ofensiva del equipo de football Cretin. Entre sus compañeros era popular y muy querido. En una época de abundantes vocaciones, se unió a la orden Jesuita después de la secundaria. Esto lo condujo al sacerdocio.

Habiendo sobrevivido a los rigores de la formación Jesuita, el sobre salió con un gran espíritu de afabilidad y mucho celo por su vocación elegida. Mis primos y yo llegamos a disfrutar de su compañía en “sus visitas a casa.” Pedía prestado un convertible de sus amigos, y pasábamos agradables paseos por la tarde con la música a todo volumen. También fortalecía las relaciones con sus amigos de secundaria. Su carácter Jesuita no podía más que contagiarlos.

Su primera asignación fue profesor de religión y director deportivo en la escuela secundaria Jesuita en Denver. La cultura Católica, después de la Segunda Guerra Mundial, estaba en marcha. La estructura de la Iglesia y de la vida era estable. Católicos de clase media, casi exclusivamente de raza blanca, se enfocaban en el éxito. Había expectativas y un sentido de generosidad bien definidos. Mi tío, Dick, cabía bien dentro del espíritu y valores de la época.

En medio de una posición satisfactoria, fue elegido por los Jesuitas a ser el superior de la Misión Indígena De St. Francis en San Francisco, Dakota del Sur. Esto tomaba en cuenta a una escuela secundaria. Dado el ambiente, con recursos muy escasos y un estilo de vida limitada, era un nuevo mundo para el Padre Dick.

Acompañado por colegas Jesuitas, entró en una cultura que había sido victimizada por siglos. Existía una seria pobreza, adicción prevalente, y una depresión social a causa de la injusticia de cientos de años.

Con su inclinación al optimismo, se aplicó a ayudar a “esas personas.” Solicitó becas universitarias para jóvenes estudiantes prometedores. Encabezó extensos desarrollos de vivienda a través del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos (HUD). Muchos en la reservación pudieron salir de sus pobres viviendas para vivir con orgullo en sus nuevos hogares. Se dedicaron incontables horas a lidiar con los azotes de la adicción, así como a facilitar la recuperación.

Cuando su término en la Misión St. Francis acabo, el Padre Dick fue asignado una vez más a la enseñanza de escuela secundaria y sirviendo como director atlético en Marquette High en Milwaukee. Al instalarse, se dio cuenta de que ahora era muy diferente a Denver. Él había cambiado. Ya no le atraían las posesiones materiales ni ciertos elementos éticos de la clase media. Ahora se le hacía imposible él ser indiferente a los pobres y a los desafortunados. Se sintió atraído por los Americanos Nativos que habían tocado y engrandecido su corazón.

Incapaz de sofocar su inquietud, pidió a sus superiores que lo reasignaran nuevamente al ministerio entre los Americanos Nativos. Fue entonces enviado al Mother Butler Center en Rapid City, que proporcionaba múltiples servicios para el Oglala Sioux. Mientras servía como pastor y después de una noche de bingo, dos jóvenes adultos Indios ebrios asaltaron la rectoría. Estaban armados y buscaban el dinero del bingo.

Un sacerdote Jesuita mayor en sus ochentas que vivía con mi tío murió a causa del susto. Al padre Dick le dieron la opción: ser disparado en el corazón o en el trasero. Eligió este último y sobrevivió.

Sorprendentemente, mi tío no reaccionó con amargura, odio, o sentimientos de venganza. Por el contrario, perdonó a los intrusos y aceptó una actitud filosófica con una perspectiva Cristiana que lo identificó con la victimización del pueblo, los Americanos Nativos.

A lo largo de los años, el Padre Dick experimento una profunda transformación. Continuó apreciando a su familia, a los amigos de su juventud, a sus varias asignaciones, y a sus colegas religiosos. Los valores de su anterior viaje personal lo llevaron a aceptar la oportunidad de ser heroico en ayudar a “esas personas.”

Pero su inmersión con ellos desafío la indiferencia que tenía hacia sus dificultades. No pudo más que identificarse, tener compasión, y experimentar la presencia de Cristo en la unidad con estos hermanos y hermanas de la familia humana. Fue irresistiblemente atraído a ser uno con ellos.

Pienso mucho en mi tío Dick durante estos días en los que la injusticia racial ha tomado el centro del escenario. En su educación, no albergaba mala voluntad hacia otras razas o identidades étnicas. Junto con su generación, era solo indiferente y, en cierto sentido, cómplice con el racismo y los prejuicios de la cultura prevalente. Yo reflexiono con frecuencia de que una amplia conversión transformadora como la cual tuvo mi tío será la puerta abierta para dar salida a la justicia, la paz y la unidad que reside en el fondo de nuestros corazones.

El padre Dick murió mientras corría. Estuvo sirviendo como pastor de la Iglesia de San Patricio en uno de los condados más pobres de Estados Unidos, Shannon, Dakota del Sur. La efusión de duelos fue extraordinaria. Casi en mayoría Americanos Nativos, llegaron a respetar a uno de los suyos, a quien habían apodado con el nombre de “Buen Águila.”

El águila de cabeza blanca rindió un tributo extraordinario al dar tres vueltas al cuerpo, antes de que el Padre Dick fuera puesto en descanso.