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 | Por Sheri Wohlfert

Fomentar la alimentación saludable en niños mayores

El mes pasado ofrecimos algunos consejos para el campo de batalla que es la hora de comer. Nos gustaría ofrecer algunas ideas más útiles para comidas tranquilas, especialmente para los niños mayores.

¡No se trata de las zanahorias!

A menudo, no se trata en absoluto de la comida. Es un intento de tener el control sobre algo. Las dificultades para comer a menudo se relacionan con emociones que no tienen nada que ver con lo que hay en el plato. Llegue pacientemente al fondo de las cosas y separe la compota de manzana del cansancio, la frustración o cualquier otra cosa que pueda estar sucediendo en la vida de su hijo.

¡La comida es combustible, no recompensa!

Todo es cuestión de equilibrio. Ayude a sus hijos a concentrarse en comer una variedad de alimentos saludables para alimentar su cuerpo y ayudarlos a crecer fuertes, así como para mantenerse saludables. Las verduras no son el enemigo que hay que conquistar, antes de la sorpresa azucarada del final. Esto puede enviar el mensaje de que la comida en su plato, de alguna manera, no es tan valiosa o importante como el postre.

¡No establezcas campamentos!

No solo estamos tratando de construir cuerpos sanos, también buscamos una imagen corporal saludable. Si etiquetamos los alimentos como buenos o malos, los niños pueden perder el sentido del equilibrio. Un trozo ocasional de pastel de chocolate no es el enemigo, pero debemos enseñar a nuestros hijos que diferentes alimentos pueden hacer diferentes cosas por nuestro cuerpo. Comentarios como “Comer eso te hará engordar” o “Las personas que se preocupan por su salud nunca comen esas cosas” pueden ser difíciles de entender para un niño y pueden generar sentimientos de vergüenza.

¡El cambio está bien!

¿Qué sucede si su preadolescente llega a casa y quiere convertirse en vegetariano? El primer paso, si usted pertenece a un hogar amante de las hamburguesas con queso, es tomar un respiro. Hay algunas cosas para recordar. Tenga una conversación sobre la raíz del cambio. ¿Existe un deseo sincero de cambiar o es precipitado por los compañeros? Haz algunos deberes. Estudien juntos qué nutrientes necesita una persona durante su adolescencia y descubran cómo este nuevo estilo de alimentación satisfacerá estas necesidades. Pruébelo. Encuentre algunas recetas que parezcan interesantes y prepárenlas juntos. Al final de la prueba, evalúe y vea dónde se encuentra. Una cosa que hay que tener claro es la necesidad de trabajar en equipo, cuando se trata de la preparación de alimentos. Ayúdelos a entender que todavía tiene que alimentar al resto de la familia, por lo que no se pueden realizar dos menús de cena separados sin ayuda.

¡Gracia!

Pídale a Dios la gracia de entregarle sus preocupaciones, para recordar que pueden elegir alimentos menos que estelares cuando no están en su cocina. No se trata solo de una comida o un fin de semana, sino de tomar buenas decisiones la mayor parte del tiempo.

¡Oración!

Cuando oramos juntos antes de las comidas, confiamos en que el Dios que nos creó y nos adora nos nutrirá, sostendrá y bendecirá a nosotros y a nuestro cuerpo.


Sheri Wohlfert es maestra de escuela católica, oradora, escritora y fundadora de Joyful Words Ministries. Sheri bloguea en www.joyfulwords.org.